Los más viejos del lugar recordarán aquellos míticos tiempos en los que ante el lanzamiento de un disco o un producto quedabas con tus amigos y pasabas varias horas a la intemperie guardando cola frente a una tienda para adquirirlo. A veces lo conseguías y te sentías como DiCaprio en Titanic, el rey del mundo, otras no y te ibas con la cara chunga a casa.
Pues bien, algo así volvió a vivirse a finales de 2015 con el lanzamiento de las Yeezy Boost 350 de Adidas. Unas zapatillas que lo petaron. Fue el acabose, la histeria compartida o parafraseando a César, un venir, ver y vencer… ¡y convencer!
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